martes, 6 de septiembre de 2011

Recuerdos de un presente y un futuro


Qué sucede… una mañana de un 10 de abril del 2010, un papelito en mano con un nombre que jamás habías escuchado y que posiblemente tampoco encontrarías en tu vida diaria... un nombre que aunque no lo creas contenga tu destino. 
Como el destino de conocer a esa única persona, que te pone tan nervioso para no lograr pensar en nada durante horas, para conocer a esa persona que cuando te abraza, logra incluso hacerte temblar.
Así fue como la conociste, por compañeros a los que pocamente recurrías, a la que llegaste a conocer por la sencilla razón de que no habían mas sillas junto a tus amigos… conseguiste su nombre y quien diría que con el tiempo conseguirías sus abrazos, sus besos, incluso que acabarías siendo dueño de su mirada…  
El tiempo te hizo dueño de algunos de sus mejores dibujos y de sus primeras canciones y si ella tuviera el valor de confesártelo, te diría que durante cinco meses fuiste su más plena inspiración, sin dudas ella te quería… tanto como para hacerla saltar y sonreír incluso un jueves en la mañana.
Ella te quería tanto… como para esperarte incluso meses; Si tan solo le hubieras explicado las cosas, si tan solo se lo hubieras dicho, de seguro ahora todo sería tan distinto… ¿Dime, Diego… acaso tu crees en el destino?
Durante meses abriendo la ventana de conversación, simplemente observándola sin atreverte a saludarla, ella estaba triste...
Tú, durante meses imaginando y planeando como sería si la volvieras a encontrar, tantas escenas, pero ni siquiera buscando en la micro de tu recorrido cotidiano pudiste encontrar esos ojos, esa mirada tan igual, pero tan diferente, esa niña que entre un mar de gente logró llamar tu atención.
Las coincidencias vienen y van, tu sentado allí nuevamente sonriendo, ¿alguna vez pensaste que la volverías a ver después de un año?, tan diferentes, tan cambiados, acepto que antes eran tan, pero tan inocentes… a ella encantaba y aun, le encanta verte sonreír.
La verdad es que están iguales, simplemente que ahora los recuerdos han cambiado, jamás ella había escuchado tanto tu voz, siempre fuiste tímido, quizás demasiado.
De conocerla a los catorce quince años, de haber estado temblando entre sus brazos cuando ella te abrazaba, quizás esos días jamás vuelvan, pero probablemente los sueños siameses aun guarden sorpresas… Quizás aun en alguna página del pasado, tú y ella reviven felices los momentos que… nosotros ya no vivimos, pero el destino aun guarda cartas bajo la mesa…

<< Busco en la M y mi niña no se encuentra…>> Cristal de Luna – Xenon 

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