domingo, 22 de mayo de 2011

Navegante de miradas

                                 
El semáforo marco la luz roja, y su auto se detuvo, entonces, mi mirada la encontró… Con esa profunda mirada triste. Ella suspiró. 
Tenía un aire de estar pensando en algo que le preocupaba, pero ¿qué seria? Sin duda ella tenia un cierto magnetismo, algo en ella me llamaba. 
Esa mirada, triste, como si la hubieran dejado, como si estuviera prisionera, como si se deseara perder… Pero, ¿a dónde?, ¿Podría yo, un simple mortal, llevarla a sus mas profundos sueños?.
Se notaba en ella una profunda cautela, dotada de una delicadeza sin duda exquisita. Su mirada se perdía entre dimensiones paralelas, sin prestar atención a que a la distancia… Yo con silencio la observaba. 
El semáforo aun marca roja, el tiempo se hizo eterno y eso que se suele decir que los mejores tiempos se van muy rápido. No la dejé de mirar ni un instante, cada segundo mis ojos la recorrían, como si quisieran saber que había detrás de esos oscuros ojos almendrados, preciosos. En eso, ella se da cuenta que la miraba. Ella comienza hacer lo mismo. Mirarme fijamente a los ojos, sentí un escalofrío, sentí como si ella corriera por mis adentros, filtrándose por mis ojos y recorriendo cada centímetro de mi ser, sentí como si leyera mis pensamientos, como si leyera mi alma.
En eso, mi mente quedo en blanco y una leve sonrisa de dibuja en sus sabrosos labios. La luz cambio a verde, se había ido.

¿Volvería a verla? Durante toda la tarde mi mente se pregunto aquello, hasta que llegue a mi casa, entonces mi razón me atacó. 
Una guerra, sin duda, entre sueños y razón, muy mala combinación. Gran parte de mi soñaba con, ir caminando por la calle y súbitamente encontrarla y pedirle su numero o su mail a mucho le pediría el Face. Pero mi razón respondía a esas fantasías con cosas como, -la vida me priva de tales deseos. Lo cual me desanimaba pero mas me desanimaba cuando mi razón contraatacaba con, -si llegara a encontrarla lo mas seguro seria que me acobardaría o que aunque me esforzara en conocerla y hacerla feliz una chica como ella jamás se fijaría en mi. 

-Ya me voy a dormir!-, la puerta se cierra, ella se estira sobre su cama y oprime play en el reproductor de música de su notebook. Mira el techo y piensa… toma el libro que esta junto a su mano y lo ojea. Lo había terminado de leer en la tarde. 
Se acuesta de costado y recuerda, - ese chico…-, recuerda al chico del semáforo, ella piensa. 
Su mirada… esa mirada, tan clara, trasparente, tan dulce, había visto ojos tiernos pero jamás como los de el, todo su ser era… en el se escuchaba una melodía, como esa composición tan perfecta, pero prohibida. 
Constaté que llevaba tiempo mirándome,  ¿lo volvería a ver? No creo, la vida me priva de tal suerte, pero… ¿y si el tiene suerte? Y si el, al igual que yo, ¿deseara verme? Que tonta soy, eso jamás pasaría. 
Solo una vez conocí a un lector de miradas y el no lo era, y si lo era no lo sabía ni el mismo… pero aun así algo en el me atrajo, mejor me duermo y dejo de pensar en estúpidas ilusiones, la vida me priva de tales fantasías. 

miércoles, 18 de mayo de 2011

Game Over


“Con esto, lograron demostrar la generación basura que son, una generación Disney”, palabras textuales del profe de historia, y yo indignada pienso, ¿Por qué chucha nos meten a todos al mismo saco?, pero bueno lo mas simple es generalizar, ¿o no?.
Esta frase nació luego de que el profesor nos explicara que en 1860 el gobierno chileno loteara Tierra del fuego, territorio en el cual habitaban tribus originarias chilenas los Ona. Pusieron cercos y alambradas e introdujeron a la “cabra magallánica” (no recuerdo como se llamaba y el nombre exacto no es de vida o muerte en el relato) los dueños con una mirada capitalista y poco empática como para comprender que los Ona casaban lo necesario para subsistir y que además eran sus tierras mucho antes que los nuevos dueños.
A todo esto con la llegada de extranjeros, denominados salteadores, los cuales llegaban a chile en busca oro en los ríos del sur.
Pero estos terminaron trabajando para los dueños de los latifundios,  los cuales les pagaban por el par de orejas de los Ona. Pero resulto que veían como gente sin orejas les “robaban” el ganado. Por lo tanto, estas personas con el fin de aniquilar dichas bandas, ya no pagaban por el par de orejas, pagaban por el par de testículos y la vagina.
Luego de lo relatado anteriormente por el profesor, mis compañeros con un signo de interrogación en sus rostros preguntan –¡¿Pero como se los cortaban?!-, en un tono algo burlesco como diciendo, pero que cosa mas rara, que cosa mas imposible. Y bueno luego otro pregunto, -Pero profesor, ¿no se supone que sale costra y vuelve a salir piel?-. Al escuchar eso yo pensé, ¿acaso no se darán cuenta que los mataban? Y se miran entre ellos con cara de risa al no comprender el método de extracción, como si no se dieran cuenta que era una manera no explicita de decir que los aniquilaban. Y el profesor al constatar en bajo nivel de madures que poseían, que madures, bajo nivel de empatía! Y respeto!  Se sintió indignado, hay fue cuando, pasando materia hizo una pausa y y nos dijo:
-Con esto, lograron demostrar la generación basura que son, una generación Disney.-
Camino a mi casa, pensaba en lo ocurrido, mientras mi madre me contaba la noticia de que en Santiasco (error explícito), una chica de 16 años había matado a una mujer de 40, madre de 5 niños, por un “tiro loco” o “bala loca”, me sorprendió, que dijeran –Tomaremos la justicia en nuestras manos, para nosotros no hay justicia-, ¿Tan tomada a la ligera hoy en día es la vida? Pienso, mis compañeros ríen de manera sarcástica ante un genocidio como el cual anterior mente conté, y ahora se cumple la ley del ojo por ojo. Era lo que faltaba que la vida se prostituya. Que los jóvenes crean que es como en los juegos, morir y … Game Over, tan desilusionada están algunas personas sobre la justicia, pero vamos quien no lo estaría, si cada vez mas defienden a algunos, pero en otros casos ya no hay remedio. Recuerdo el documental de Estados Unidos vs Allende, y recuerdo cosas dichas al final… -Este no era el Chile con el cual soñábamos-, y a decir verdad, con una juventud como esta, que en unos años mas serán los “nuevos pilares” jamás se podría lograr el país soñado, a menos que las personas que griten cambio se unan para que de una vez se haga conciencia. A abrir mentes, a abrir corazones,  a crear conciencia, a generar el cambio.